La retinopatía diabética es una condición derivada de la diabetes en la cuál el daño a la visión surge por la filtración de líquidos a la retina. Es la afección más común en los ojos causada por la diabetes y deriva muchas problemas que dañan la visión.
La retina esta en la parte posterior del ojo. Es un tejido sensible a la luz que transmite la información al cerebro por medio del nervio óptico. Surge cuando los vasos sanguíneos que alimentan la retina se obstruyen por el alto nivel de glucosa en la sangre. El cuerpo responde creciendo nuevas venas que son frágiles y al romperse, filtran líquidos en la retina.
Existen dos tipos de retinopatía diabética que se dividen en cuatro etapas:
Retinopatía Diabética No Proliferativa (RDNP):
La RDNP es el primer tipo de retinopatía diabética en la cuál la enfermedad no se expande. Sin embargo, puede haber daño a la visión por la filtración de líquidos a la retina. Existen tres etapas en esta:
- Leve: surgen microaneurismas, que son pequeñas áreas de inflamación en los vasos sanguíneos retinianos.
- Moderada: los vasos sanguíneos comienzan a obstruirse.
- Severa: muchos vasos sanguíneos están completamente tapados, y el cuerpo comienza a crecer nuevos vasos más frágiles como respuesta.
La Retinopatía Diabética No Proliferativa puede ocasinar las siguientes complicaciones:
- Microaneurismas: hinchazón en venas que pueden sangrar.
- Hemorragias en retina: manchas de sangre que entran en la retina.
- Edema macular: hinchazón de la mácula, parte central de la retina y responsable de la visión central, que causa una baja de visión.
- Isquemia macular: debilitamiento de la mácula que resulta en una baja de la visión.
Retinopatía Diabética Proliferativa:
Esta es la última etapa de la enfermedad y es cuando el daño a la visión ocurre. Los vasos sanguíneos frágiles sangran y el deterioro de la retina permite la filtración de fluidos. Sangre, grasa y exudados duros invaden la retina. Además, los vasos sanguíneos se acompañan de tejidos cicatrizados pudiendo provocar:
- Desprendimiento de retina: los tejidos cicatrizados se encogen y arrugan la retina. Las arrugas distorsionan la visión moviendo a la retina de lugar. En casos extremos, puede desprender partes importante de la retina o mácula causando posible daño irreversible.
- Hemorragia vítrea: el sangrado retiniano puede expanderse a el vítreo, el líquido gelatinoso dentro del ojo. Esto impide que los rayos de luz lleguen a la retina. En casos leves, se pueden observar manchas pequeñas en la vista. En casos severos, grandes manchas obstruyen mucho de la visión. Este padecimiento se trata con una victrectomía. Cuando la sangre desaparece del vítrio, el daño desaparece.
- Glaucoma Neovascular: los vasos obstruidos pueden provocar el aumento de la presión en el iris. Esto causa daño al nervio óptico.
Tratamiento
La forma más común de tratar la retinopatía diabética es la terapia láser o fotocoagulación. Contrario a los mitos, el láser es bastante seguro: rara vez conlleva daño severo a la visión. Además, sólo el médico oftalmólogo prescribirá la terapia láser de ser necesaria.
La fotocoagulación consiste en quemar los vasos sanguíneos anormales en la retina para controlar el sangrado o evitarlo. Una serie de micro quemaduras se realizan en la retina del paciente para evitar la pérdida de la visión. Dependiendo del avance de la enfermedad el láser podrá prevenir o salvar daños a la visión o recuperar parte de la misma.
Prevención
La mejor forma de prevenir la retinopatía diabética consiste en dos cuidados principales:
- Controla tus niveles de azúcar en la sangre: monitoriar la cantidad de glucosa en la sangre periódicamente es la mejor forma de evitar cualquier daño.
- Acude al médico oftalmólogo especialista en diabetes una vez al año: el oculista revisará a profundidad tus ojos mediante un examen de pupilas dilatadas en busca de cualquier indicio de problemas.
En Ojos y Diabetes nos especializamos en atender cualquier padecimiento derivado de la retinopatía diabética. Contáctanos agenda una cita.